lunes, 28 de noviembre de 2016

Fidel: el privilegio de su existencia



El legado que Fidel le deja a la humanidad es muy extenso y tiene que ver con todas las aristas de la vida. Lo sabemos los cubanos y también los latinos, africanos, asiáticos, europeos… y hasta el propio pueblo de los Estados Unidos que en varios momentos recibió la oferta de ayuda del Comandante, como fue durante aquellos días tras el paso del huracán Katrina.

Y es que Fidel siempre estuvo presente. No importaba si el asunto era tan complejo como una crisis nuclear o tan trivial como enseñar a la familia a cocinar con ollas arroceras.
Él se sentía responsable de todo aquello que tuviera que ver con la vida del cubano y jamás abandonó cuestión alguna; tanto así, que ante las cosas mal hechas convertimos en famosa una frase: “¡Si Fidel se entera!”. 

Particularmente lo recuerdo cuando venía a Pinar del Río. Bastaba que el Instituto de Meteorología anunciara la llegada de un ciclón y ya estaba aquí previéndolo todo. Siempre anticipándose, con una capacidad extraordinaria para abarcar hasta el último detalle y ofrecernos la confianza que en situaciones extremas se necesita.

Fueron varias las veces que estuvimos bajo el mismo techo. Jamás le hice pregunta alguna, porque su presencia me anudaba la garganta. Solo me limité a escuchar, redactar y transmitir, que era parte de mis funciones como periodista. Quienes lo tuvieron cerca saben de qué hablo porque estar junto a él era algo mágico.

Y aunque desde este 25 de noviembre ya no estará más físicamente, esa magia es una huella indeleble marcada en cada escuela, barrio, hospital… y su obra no será reemplazada, sí continuada por los millones de seres humanos que le debemos al Comandante ese privilegio que nos regaló: su existencia.

martes, 7 de junio de 2016

De guapos y guaperías

Entre guapo y guapería hay significativa distancia semántica y práctica, aunque en ocasiones los términos suelan ser confundidos o emparentados forzadamente.

Según la academia, guapo significa persona de bellas facciones, animosa y valiente, en cambio guapería equivale a “bravuconería”, es decir, a hacer “alarde de valentía, ser fanfarrón”.

Y pese a que imagino que lo dicho es suficientemente claro para todos, no terminaré aún porque antes quiero invitarlo a un recorrido virtual por nuestras calles, de manera que usted pueda reflexionar desde el punto de vista práctico.

Por ejemplo, de acuerdo con el diccionario y con mi modesto criterio, guapos de verdad son el obrero metalúrgico que permanece durante horas al lado del horno donde se funde el metal, el cañero que no suelta la mocha mientras haya un plantón en pie o el guardacostas que aprendió a convivir con la soledad para cuidar la tranquilidad del país.

Pero guapos también son el pescador, el minero, el empleado de comunales, el científico, el educador..., es decir, todos los que diariamente se hacen camino al andar con el único fin de contribuir al desarrollo colectivo y, por tanto, a su crecimiento individual.

Ahora bien, estos guapos nada tienen que ver con la guapería, pues lo de ellos es trabajar, ganarse la vida honradamente sin perjudicar a nadie, sin alardear, menospreciar o bravuconear, cosas que sí hacen las personas que al instante le presento.

Por ejemplo, la guapería está implícita en el hombre que transita intencionalmente por el medio de la calle y obliga a los conductores a detenerse o a esquivarlo, no sin antes lanzarle a estos una mirada desafiante.

Pero también es obra de quienes hablan con prepotencia, rompen la organización de una cola mediante el uso de palabras obscenas, convierten sus casas en “discotecas” y responden groseramente a los vecinos cuando intentan reclamarle respeto, o abusan con los ancianos, niños y mujeres.

Y aunque hay personas autotituladas “guapas” por su chabacanería y despotismo, particularmente no comparto tal calificativo, pues, como ya le dije, para mí los guapos son otros: los hombres y las mujeres de verdad, los que se entregan a conquistar un mundo mejor armados de sencillez y pasión, independientemente del oficio que desempeñen.

El resto forma parte de la guapería, o sea, de la hojarasca de la vida, del alarde, del llamado “folklore callejero”. Solo eso.

sábado, 30 de abril de 2016

Primero de Mayo: antes y ahora

La historia sitúa el origen del Primero de Mayo en hechos que terminaron en actos de sangre, cuando en los Estados Unidos fueron ejecutados varios sindicalistas que participaban en una huelga de reclamo porque la jornada laboral fuera de ocho horas. Ellos pasaron a la posteridad como los Mártires de Chicago y fueron la razón para que desde entonces el mundo se uniera ese día.

Ya transcurrieron 126 años y aún las calles de miles de ciudades en el orbe son testigos de un proletariado demandante y exigente de respeto por elementales cuestiones como el derecho al trabajo, el cese de la discriminación de género y la explotación infantil, la abolición de la esclavitud moderna, el pago de salarios honrados, la estabilidad de sus puestos y la garantía de una jubilación.

En Cuba el Triunfo de la Revolución marcó un antes y un después en la celebración de esta efemérides.

Según diferentes fuentes aquí comenzó a conmemorarse desde el propio año 1890 y hasta enero de 1959 los trabajadores hicieron de la fecha una ocasión para exponer sus demandas de contenido social, político y económico. Casi siempre recibiendo como respuesta más represión.

Eso sí, la recurrencia de tanta exigencia favoreció la unidad y cada Primero de Mayo sirvió para mostrar la fuerza creciente de los obreros y campesinos en la misma medida que estos conseguían organizarse.

Con la llegada de Fidel Castro a La Habana y el consiguiente triunfo del proletariado cubano los desfiles dieron un giro de 180 grados y se convirtieron en coloridas jornadas de reafirmación; en una fiesta gigante de la clase obrera.

Así, cada mes de mayo se inicia con un desbordante jolgorio popular, en el que participan, además, niños y niñas luciendo un sinfín de iniciativas. Las principales calles de cada ciudad devienen mar de pueblo, algo bien diferente a lo que ocurría antaño y a lo que todavía sucede en la mayoría de los países.

Luego la fiesta llega hasta los hogares de muchas familias, que aprovechan el momento para reunirse y festejar con el criollismo cubano. Algo realmente único.


Son particularidades de los nacidos en este archipiélago. Es el resultado de una lucha que se libró para siempre hace 58 años. Es una expresión genuina de unidad y compromiso.

miércoles, 10 de febrero de 2016

Tanto tienes, ¿tanto vales?

No es lo mismo ser hospitalario que servil. En los diccionarios aparece la diferencia gramatical entre ambos términos, mientras que la vida muestra la diferencia práctica.
 
Siempre el pinareño se caracterizó por una hospitalidad sin distinción de sexo, raza, posición social, nacionalidad. Su mano la ofrecía voluntaria y desinteresadamente a la persona que la necesitaba.
Así, prevalecía el afán de atender bien e igual al prójimo. No importaba quién fuera o de dónde viniera. La costumbre solo tenía una ley impuesta por la educación recibida desde la cuna y la espontaneidad: entre lo poco, dar lo mejor.
Entonces, el placer de ser buen anfitrión era únicamente a cambio de escucharle al otro decir “gracias” y hasta fijar una cita que no por formal se despreciaba: “Bueno, hasta más ver”.
Hoy, a pesar de que aún existen los que ven la hospitalidad como el encanto incorrupto, muchas de estas maneras cambiaron y ahora responden a pasiones serviles, lacayunas, subordinadas al imperio del dinero y el interés. Dos ejemplos:
Con simpático ademán un hombre le cede el paso a tres extranjeros que van en auto por la calle Martí –principal arteria de la ciudad–, ellos sonríen y agradecen dándole adiós. Unos metros después aparcan y otro pinareño se apresura, los ayuda a bajar, les limpia y cuida el carro, y termina con la mano derecha estirada en espera de la limosna. Sin dudas, entre la hospitalidad del primer individuo y el servilismo del segundo hay enorme abismo.
Y aunque duela creerlo, lo cierto es que algunos hoy viven del llamado negocio de la hospitalidad, donde hasta el más mínimo auxilio se vende.
“Tanto tienes tanto vales”, es la filosofía de quienes piensan que los actos de buena fe pasaron de moda y que el dinero todo lo puede. Pero, amén de la carestía de la vida, la culpa no es de la crisis económica, sino de aquella gente que baja con gusto la cabeza para que le cuelguen su precio.
Es cierto que los tiempos actuales son difíciles y que el salario de la mayoría de los cubanos es insuficiente; sin embargo, todo no puede estar en venta.
 
Por encima de conceptos y definiciones, la diferencia entre hospitalidad y servilismo sugiere cuestiones de principios, moral y orgullo propio, cosas demasiado serias para ser negociables.

domingo, 10 de enero de 2016

PELEAS DE PERROS: Cruento negocio

Puede que ahora mismo, en cualquier lugar de Cuba, se estén cometiendo crímenes bajo el pretexto de un suculento negocio. Los victimarios son hombres y hasta algunas mujeres; las víctimas son perros, generalmente Stanford y Bóxer, que se destrozan a dentelladas azuzados por sus dueños.

Las cruentas peleas ocurren a la luz del día, en céntricas calles o en zonas y barrios más alejados de la ciudad, donde se han construido pistas o reñideros para fertilizar apuestas al son de la muerte del can más débil.

“Los encuentros duran horas, porque son hasta que uno de los dos muera. A veces ninguno sale vivo. Pero es emocionante ver cómo se matan”. Así piensa un fanático a la barbarie. “Estos animales nacieron para eso”, agregó con naturalidad.

Otro nos dijo: “En ese momento pienso que estoy viendo una bronca entre dos hombres. No hago otra cosa que contar los días que faltan para la pelea”.

Aunque no lo crea, fue fácil hablar con algunos peleadores, pues ellos se sienten realizados con lo que hacen. Durante nuestras entrevistas recibimos invitaciones, oferta de cachorros (más de 500 pesos por un recién nacido, descendiente de padres triunfadores) y otras crudas confesiones.

UN POCO DE HISTORIA

Según la bibliografía universal, en la antigüedad los canes como el Bull terrier, Bóxer y Pit Bull, devinieron excelentes ayudantes de cacería, por lo que eran criados para enfrentarse a osos y toros. Los criadores de antaño seguían un criterio de selección basado en la fiereza, espíritu combativo y resistencia al dolor.
 
Pero con el desarrollo de las armas de fuego y otras técnicas más efectivas para esos menesteres, los perros comenzaron a perder el protagonismo. Los humanos de entonces creyeron oportuno buscarle a sus fieles compañeros de caza otras funciones mediante las cuales cultivaran sus fortalezas y sirvieran, al mismo tiempo, de entretenimiento.

De esa forma surgieron, grosso modo, las peleas de perros, actualmente prohibidas por su crueldad en la inmensa mayoría de los países, incluyendo a Cuba, donde esta actividad con fines de enriquecimiento clasifica como juego prohibido y en el código penal están bien definidas las sanciones correspondientes.

CONFESIONES DE UN PELEADOR

Andrés es criador hace años. Él nos contó que antes de un encuentro el animal es sometido a férreos entrenamientos.

“Los dueños tenemos que estar convencidos de lo que está en juego, pues podemos perder una gran inversión.

“Les ponemos una pechera y los obligamos a correr al lado de la bicicleta hasta completar 30 ó 40 kilómetros diarios.

“Al principio los topamos con perros callejeros, para que los maten y así despertarles la ferocidad. Después los topes cambian, por ejemplo, buscamos a un contrincante similar al nuestro y los ponemos a combatir con las mandíbulas entizadas, para ver cuánto resisten sin respirar por la boca y comprobar la fuerza de sus músculos, sin que ocurran lastimaduras. También los incitamos a morder un objeto y los colgamos por la boca cerca de una hora, de esa manera la mordida se vuelve más consistente.  

“La alimentación es a partir boniato, cabezas de pollo, gatos que cazamos con jaulas y cualquier cosa que los mantenga llenos y fuertes”.

FALSOS CONCEPTOS

Al comienzo pensamos que en este cruel mundillo solo hallaríamos a personas desocupadas, viciadas por la ambición, de bajo nivel cultural y con pobre instrucción. No obstante, pronto comprendimos que detrás de estas sangrientas riñas, patrocinadas por una floreciente industria del mal, hay todo tipo de gente, desde las mencionadas hasta profesionales, como Andrés, y lo peor, involucra a niños, adolescentes y jóvenes.

Los criadores que conversaron con nosotros aseguran que la agresividad de estos perros es congénita. En cambio, el especialista Antonio Valdés Muiñoz, médico veterinario en Pinar del Río, desmiente tal aseveración.

“Ningún animal nace con inclinaciones sanguinarias. Hay algunos que matan, pero lo hacen para comer, proteger a su prole o defenderse ellos mismos.

“Son los seres humanos quienes modifican las especies de acuerdo con sus intereses y conveniencias.  Desde que aparecieron las peleas de perros, han sido creadas razas más fieras, que por instinto atacan, pero el único responsable es el hombre y no la naturaleza”.

FUERA DEL SACO

Los integrantes de los diferentes clubes de perros de raza, que están representados en Vueltabajo, tienen razones para estar molestos y autotitularse acérrimos enemigos de los que manifiestan desmedido afán por especular con la vida de inocentes criaturas.

Sin embargo, gran parte de la sociedad no siempre establece diferencias entre los hombres que son capaces de morir por salvar a un animal y quienes practican actos totalmente opuestos, bajo los preceptos de la filosofía del dinero.

“No es justo que nos metan en el mismo saco”, reflexiona Ronnie Lorenzo, miembro del club de Dobermann. “Hay una diferencia esencial, ellos preparan a los perros para matar y nosotros los cuidamos para que la sociedad aprecie sus bellezas”.

Julio Puente Mugica, del club de Afganos, quizás sin proponérselo me dio la sentencia final para este trabajo:

“Ya el perro demostró ser el mejor amigo del hombre, ahora hace falta que el hombre demuestre ser el mejor amigo del perro”.

miércoles, 23 de septiembre de 2015

Francisco o la más pura bendición






La visita del Papa Francisco a Cuba ya deja huellas indelebles en los millones de seguidores que tiene a todo lo largo de este archipiélago.

Y no solo son impresiones imborrables porque el Sumo Pontífice llega en un momento históricamente crucial para Cuba en materia de política internacional, sino por lo que representa la humilde prédica de un líder como él para un pueblo devoto por tradición.

Acompañado por una matizada vida que más bien parece leyenda, Jorge Bergoglio, o simplemente Francisco, como hoy se le venera, tampoco podrá deshacerse de las muestras de cariño, afecto y respeto que le tributamos los cubanos.

Su mensaje de paz, enfocado siempre en los más pobres y cifrado de pura esperanza, cobra especial significado en una América Latina donde viven dos de cada cinco católicos del mundo.

Pero tal vez entre sus principales virtudes esté esa que hace del Obispo de Roma todo un maestro capaz de convertir en algo bien comprensible la doctrina de la Iglesia frente a un mundo contemporáneo cada día más difícil; y esto no se consigue solo con frases bonitas.

Francisco sabe como balancear con hechos y palabras todo lo que profesa. Él, a decir de algunos expertos, posee una gran creatividad teológica que lo acerca aún más a todos los estratos sociales.

Sus retos actuales son infinitos y van desde los temas morales y sociales, hasta los políticos. Su papel en el restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre los Estados Unidos y Cuba es una muestra fehaciente de su lucha por el respeto entre los pueblos. Asimismo, le ha tocado enfrentar asuntos peliagudos como el abuso sexual y el terrorismo.

Los cubanos estaremos agradecidos de ese tiempo que nos ha dedicado y sus palabras de aliento siempre serán recordadas como la más pura bendición derramada sobre un pueblo que se esfuerza cada día por vivir y ayudar a vivir a quienes lo necesitan, tal como predica la Santa Iglesia Católica.

domingo, 5 de julio de 2015

MOTOCICLISMO INFANTIL: Niños fuera de serie



Desde que los vi quedé sorprendido ante la destreza y valentía de estos niños que, literalmente hablando, están fuera de serie.

Parecía casi imposible que pequeños con edades entre cinco y nueve años pudieran conducir motocicletas preparadas para correr en pistas, cual si fueran expertos en el volante.

Pero nada de fantasía había ante mis asombrados ojos. Era una representación del motociclismo infantil cubano que realizaba una carrera de exhibición en Pinar del Río. 

Procedentes de La Habana y bajo la dirección de Manuel Angles Pérez, Campeón del Caribe en la categoría de 600 cc, este singular equipo trata de incorporarle a la Isla una práctica que cobra auge en el mundo pero que, debido a nuestras consabidas limitaciones económicas, todavía aquí se torna muy difícil su expansión. 

El surgimiento de esta modalidad en Cuba se remonta al año 2001 cuando el hijo de Manuel, entonces con solo tres años, le insistió para que lo dejara manejar y este accedió.

Actualmente conducen motocicletas Pocker Bike (33 cc) y Yamaha (50 cc), que llegan a alcanzar una velocidad crucero que ronda los 100 kilómetros por hora, y de vez en vez incursionan en el motocross.

Ahora los dejo con una galería de imágenes tomadas por mí ese propio día, como muestra fehaciente de que no era un sueño lo que viví.